Pues bien, a mí me parece fundamental que tomemos una actitud activa para con nuestra salud, que el trabajo con un profesional sanitario sea en equipo, donde una parte quizá tiene los conocimientos y la experiencia, pero la otra tiene la vivencia particular.
Venimos de una medicina muy paternalista (aún hoy en día), donde el que sabe es el facultativo y nuestro deber es obedecer sin ocasionar demasiadas molestias. Donde se infantiliza al paciente y se banalizan los síntomas, sobretodo aquellos manifestados por mujeres. Donde se ve una parte del cuerpo sin valorar a la persona en su conjunto. Donde todo se soluciona con parches y fármacos y se tiene poca confianza en el poder que tiene uno mismo de sanarse mediante el cambio de hábitos, gestión de las emociones, la auto-escucha y la responsabilización del propio proceso de sanación.
Es por eso que me parece un detalle importante dejar de limitar con las connotaciones implícitas en la palabra paciente y acuñar un nuevo término que refleje el empoderamiento y la decisión de hacernos cargo de nuestra salud.
Yo me considero actiente en relación a mi salud. Y me gusta tratar del mismo modo a las personas que deciden trabajar conmigo.